Bien sabemos que estamos viviendo un momento crucial en la humanidad, y no tan solo por la pandemia, sabiendo que esta nos llevó a un cambio de mentalidad y junto con ello a la infodemia (saturación de información que se dispersa y difunde a cada instante).
En la actualidad, podemos contemplar que las formas de religiosidad han cambiado totalmente debido a la tecnología. No podemos ignorar la autonomización de la práctica religiosa, ni los cambios del mundo de vida y del imaginario religioso contemporáneo, incluso que el ideario religioso se ve modificado también por las redes sociales, y por nuevas interacciones a través de lo digital.
En su época Pe. Ottorino (Fundador de la Congregación Pia Sociedad San Cayetano 1941 (presbíteros, diáconos, hermanas en la diaconía y laicos)) recordaba que todo medio puede ser instrumento para la evangelización. Hoy al hablar de las redes sociales, entendemos que este medio ha dado un cambio radical, que se ha efectuado en la vida y en el modo de hacer, pensar y actuar de las personas. Papa Francisco en el mensaje de la 55 jornada mundial de las comunicaciones sociales dice, “Cada instrumento es útil y valioso sólo si nos empuja a ir y a ver la realidad que de otra manera no sabríamos, si pone en red conocimientos que de otro modo no circularían, si permite encuentros que de otra forma no se producirían”. Vemos que en los últimos años una práctica constante fue la participación y la demanda, en el acompañamiento espiritual online, claro que, entre otros tantos encuentros y conferencias ß. Para ello, colocar la mirada en la experiencia personal y las necesidades interiores, hizo encontrar ese valioso empuje de la comunicación y acompañamiento tan valorizado en estos tiempos.
A su vez podemos afirmar que la web amplió las formas y estas sirvieron nuevamente de medios para que la Iglesia proponga un mensaje evangélico, con ideas comunicativas desde blog religiosos, portales de noticias, espacios de reflexión personal o de discusión sobre temas espirituales, que no solo lleva a un servicio muchas veces desarrollado por laicos, pero también por numerosas presencias de religiosos, religiosas, padres, diáconos, obispos en estas redes sociales.
Quiere decir que las redes sociales, son una gran oportunidad para servir a una civilización sedienta de Dios, ofreciendo un oasis de fe y espiritualidad; la red nos puede proponer muchas experiencias, aunque hay que saber identificarlas porque muchas veces pueden estar vacías.
El estar online nos da la posibilidad de un apostolado “gratuito” sin fronteras y eficaz, nos puede ayudar a vivir el Carisma, potencia la creatividad, nos inserta en una nueva cultura en la que inculcar el Evangelio, nos propicia en el encuentro personal con usuarios de toda condición.
El gran reto de penetrar en las conciencias, nos llevaa actualizarnos en estos medios, sabiendo comunicar lo cotidiano de manera atrayente, responsable y sobre todo que apunte a la causa de Dios y su Reino.
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