Histórias que hacen pensar...

 


Los Príncipes de la Torre, término con el que se conoce al joven rey de Inglaterra Eduardo V, 12 años y su hermano Ricardo de Shrewsbury, duque de York, 9 años, son figuras emblemáticas en la historia de Inglaterra. Ambos eran hijos del rey Eduardo IV y de Isabel Woodville, y herederos del trono de Inglaterra.

En 1483, tras la muerte de su padre Eduardo IV, los príncipes fueron encerrados en la Torre de Londres por orden de su tío Ricardo, duque de Gloucester. La Torre de Londres, construida por Guillermo el Conquistador en el siglo XI, funcionó como palacio real, tesorería, Real Casa de la Moneda, casa de las Joyas de la Corona y cárcere.
Bajo la custodia de su tío, los príncipes fueron declarados hijos ilegítimos y carentes de derechos al trono, debido a ciertos antecedentes que hacían suponer que los hijos del difunto rey eran bastardos. Después de esto, nada más se sabe del destino de los niños, ya que se prohibió a su madre de visitarlos.
Rápidamente, el pueblo comenzó a sospechar que los príncipes habían sido brutalmente assesinados por el rey Ricardo III. Desde entonces, se han tejido infinidad de leyendas sobre el verdadero destino de los "príncipes de la Torre".

En 1674, durante los trabajos de remodelación de la Torre de Londres, fue encontrada una caja con los huesos de dos niños. Trabajos posteriores, 1933, no dieron resultados positivos.

La historia de los Príncipes de la Torre sigue siendo uno de los misterios más intrigantes y polémicos de la historia del Reino Unido. A pesar de las sombras que envuelven su destino, su historia perdura en la memoria colectiva, recordatorio oscuro de la historia de Inglaterra...

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