El domingo 4 de agosto, el Papa Francisco publicó una larga carta sobre la importancia de la lectura de novelas y poesía.
La obra literaria, la escritura creativa, es una coproducción entre el escritor y el lector. Aprendemos a ver a través de los ojos de los demás. El Papa Francisco nos ayuda así a comprender mucho también de la Gracia de Dios.
¿Para qué sirve la literatura? Para elaborar las imágenes de la vida, para interrogarnos sobre su sentido. Una buena lectura abre espacios interiores.
La obra literaria es una coproducción entre el escritor y el lector, el lector se enriquece con lo que recibe del autor. "Para un creyente que quiera sinceramente entrar en diálogo con la cultura de su tiempo, la literatura se hace indispensable.
El retorno a lo sagrado y la búsqueda espiritual que caracterizan nuestra época son fenómenos ambiguos. Más que el ateísmo, hoy os enfrentamos al reto de responder a la sed de Dios de muchas personas, pero no de un modo alienante, con un Jesucristo sin carne. Todos encontremos un Jesucristo hecho carne, hecho hombre, hecho historia.
El Papa Francisco, en mi opinión, vuelve a dar en el clavo, capta el punto de hoy, de nuestra relación con los demás, con la creación y, por tanto, también con la poesía. Para los cristianos, la Palabra es Dios y todas las palabras humanas llevan en sí el rastro de un anhelo intrínseco de Dios.
Esto nos lleva al discernimiento. Aquí se despliega el escenario del discernimiento espiritual.
El mismo Ignacio de Loyola había señalado que en "los que van de mal en peor" el buen espíritu actúa causando inquietud, agitación, descontento. El acto de leer es, pues, como un acto de "discernimiento" en el que el lector se implica en primera persona como "sujeto" de la lectura y, al mismo tiempo, como "objeto" de lo que lee.
"La literatura es como un laboratorio fotográfico, en el que es posible elaborar las imágenes de la vida para que revelen sus contornos y matices. Para "elaborar" las imágenes de la vida, e "interrogarnos sobre su sentido" (Papa Francisco).
Leyendo descubrimos que lo que sentimos no es sólo nuestro, es universal, y así hasta la persona más abandonada no se siente sola.
El Papa Francisco explica el misterio de tantos personajes que pueblan nuestra realidad. No se trata de que los demás entren en nuestra imaginación. Al sentir huellas de nuestro mundo interior en medio de esas historias, nos volvemos más sensibles a las experiencias de los demás, salimos de nosotros mismos para entrar en sus profundidades, podemos comprender un poco más sus luchas y deseos; vemos la realidad a través de sus ojos y acabamos convirtiéndonos en compañeros de viaje.
Leyendo nos sumergimos en la existencia concreta e interior de los personajes de nuestra lectural y aprendemos a ver a través de los ojos de los demás.
0 comments:
Postar um comentário