Francisco cambió radicalmente los criterios de elección cardenalicia: Ni carrerismo, ni presiones curiales ni derechos adquiridos. Ahora, los criterios son otros y huelen mucho más a Evangelio.
En ese epígrafe encajaría a las mil maravillas el dominico español monseñor David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado en la Amazonía peruana, e el obispo martir del gobierno ditatorial de Nicaragua: monseñor Álvarez.
La clave política y geoestratégica externa podría ser el motivo determinante de la concesión papal de los otros cuatro birretes latinoamericanos a monseñor Castillo, monseñor Biord (venezuelano, arzobispo de Caracas) y monseñor Cabrera (franciscano, bipo de Guayaquil/Ecuador).
De mi cepa, me atrevo a proponer a Antonio Spadaro sj, editor de la revista Civiltà Cattolica y a Juan Antonio Guerrero sj que ordenó los dineros del Vaticano... Dos que trabajan bien y sin carreirismo en la Iglesia...
Esperemos confiantes!
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