El papa Francisco tuvo un sueño imaginario en el que Jesús de Nazaret se dirigió a él para comunicarle su gran preocupación por la deriva de la Iglesia, y plantearle la suma urgencia de restaurarla con el fin de conseguir que la Iglesia no siga afincada en la tradición. Esto fue lo que le dijo:
Soy Jesús de Nazaret. Presta atención a lo que voy a decirte y grábalo bien en tu memoria: Me produce una gran angustia ver cómo mi Iglesia va haciendo aguas a un ritmo acelerado...
Te ruego que pongas a mi Iglesia en marcha porque no es tu Iglesia sino la mía. Reconozco que en tus años de pontificado has realizado algunos cambios, aunque has vetado para el Sínodo de octubre temas como el diaconado y el sacerdocio femenino, el celibato opcional del clero, la pastoral LGTBI, el aborto incluso en situaciones extremas, el divorcio, el matrimonio homosexual, la eutanasia o el uso de anticonceptivos... Considero que los temas que bloqueaste son imprescindibles para construir una Iglesia en salida que empiece a andar hacia un rumbo alejado de la tradición...
En el Sínodo del mes de octubre hay que avanzar mucho más. Tu pontificado no será duradero; deseo que lleves a cabo lo que te voy a decir:
Desbloquea los temas vetados. Todos ellos son interesantes porque están demandados por los fieles que desean que sean tratados... Deja, pues, que esos temas salgan a la luz. Quiero un Iglesia actualizada. Para conseguirlo debes desclerizarla y dar más protagonismo a los creyentes laicos, sobre todo a las mujeres que están muy marginadas respecto a la administración de los sacramentos y a las esferas de poder...
Sé valiente, debes actuar ya, sin demora ni excusas. No te vayas sin haber establecido el diaconado femenino y defiende que las mujeres ocupen todos los grados de la jerarquía sin excepción. Empieza, pues, a caminar hacia la igualdad entre hombres y mujeres en todas las esferas... Recuerda que elegí a las mujeres como las primeras testigos de mi resurrección y como las primeras apóstoles anunciadoras de mi resurrección. No pongas trabas en el Sínodo para que las mujeres empiecen por acceder al diaconado e ir avanzando hasta que ellas consigan llegar todos los grados de la jerarquía.
Estoy compungido por la grave situación de mi Iglesia originada por la pederastia clerical. Conoces bien que el abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes deja secuelas psicológicas para toda la vida... Debes estar vigilante y firme para que cada conferencia episcopal nacional aplique la reparación aprobada por los jueces.
Un paso que no se ha dado y que me hubiera alegrado, sería el de retirar del orden clerical a los pederastas clericales, y el de excomulgar a todos los obispos que con su silencio cómplice permitieron ese crimen execrable.
Tienes poco tiempo para iniciar, con la colaboración del Sínodo... Así, el próximo pontífice se verá obligado moralmente a continuar avanzando hacia la dirección correcta, tomando como referencia el Evangelio, los derechos humanos, los signos de los tiempos y las demandas de los creyentes...
El mayor obstáculo que tiene la Iglesia es el inmovilismo... Para asegurar que la Iglesia dé un vuelco he decido promover en el próximo cónclave que sea elegido como Papa un cardenal que reforme mi Iglesia... Espero que este sueño te haya hecho reflexionar y aproveches el tiempo que te queda como pontífice para darle a la Iglesia un empujón hacia adelante. Adiós, confío en ti...
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