América Latina y su iglesia, perdieron a una de sus figuras más influyentes en la teología y el compromiso evangélico: Gustavo Gutiérrez Merino, teólogo, sacerdote, dominico, y ferviente defensor de los pobres y de la iglesia de los pobres. Falleció en Lima (Perú) este último martes, 22 de octubre de 2024, a los 96 años. Su legado queda marcado por la profunda huella que dejó en la Iglesia Católica y en la vida de millones de personas del pueblo creyente, especialmente de aquellos que sufren la exclusión y la pobreza en el continente latinoamericano.
Algunos obispos como el que fuera arzobispo de Lima y perteneciente al Opus Dei, amigo de Sodalicio (una sociedad que originó cientos de víctimas de abusos sexuales, de conciencia y poder) no solo lo criticaron sino que buscaron condenarlo, sin lograrlo. Entrado el nuevo milenio, Gutiérrez ingresó a la Orden de Predicadores y como fraile dominico, fortaleció su vocación, encontrando en esta comunidad un espacio de protección y apoyo que le permitió continuar con su misión con mayor apoyo jerárquico.
Admiro esse hombre y le agradezco por no desanimar delante da tantos tropiezos... Descanse en paz!
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