Bergoglio reivindica el legado de Arrupe y la impronta de Pablo VI: “allí donde hay encrucijadas de ideas, de problemas, de desafíos, allí hay un jesuita”...
En este miércoles, antes de la Audiencia general, ha recibido a un grupo de jóvenes jesuitas europeos en formación. Con ellos ha mantenido un pequeño diálogo en una de las salas del Aula Pablo VI.
El pontífice ha pedido a esta treintena de jóvenes religiosos que pongan en un “lugar central” la dignidad de la persona. Buscar una alternativa a quienes ponen la economía y las finanzas como clave de todo, algo que el Papa ha definido como “gran pecado” de hoy. “Poner las finanzas en el centro es cruel”; a la vez que ha pedido un diálogo entre “la economía, el humanismo y la espiritualidad”.
Quien no tiene un empleo digno no puede llevar el pan a casa, subrayó recordado algunas anécdotas personales. Por eso ha invitado a todos a la “creatividad”.
Otra forma de desesperación es el aumento del número de suicidios. “¡Es escandaloso!” por la falta de trabajo. Y las adicciones que para o Papa son “una vía de escape a la falta de dignidad”. Detrás de cada dosis de cocaína hay una gran industria mundial que hace esto posible, pois movimenta mucho dinero.
Por ello, pidió a los jesuitas que comprendiesen a los jóvenes a fondo para poder acompañarlos en su situación y ayudarles a encontrar el camino con “una palabra profética, necesitamos inventiva humana, tenemos que hacer muchas cosas. Ensuciarse las manos”.
Antes del diálogo, también de forma espontánea, Francisco bromeó con que los jesuitas ya no se ponen la sotana para ir a ver al Papa –“Veo que esa moda ya se ha pasado, gracias a Dios”. El Papa defendió la variedad del ministerio pastoral de la Compañía de Jesús: La “originalidad de la Compañía” es la “unidad en medio de una gran diversidad”.
En sintonía con esos discursos, el Papa les pidió “valentía” y “rodillas fuertes para orar”.
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