Francisco se despide y nos dice hasta luego... Recen por mi!












 
A Francisco le correspondió asumir la Iglesia luego de los escándalos del Vatileaks de 2012, que desencadenaron en una de tantas razones por las cuales Benedicto XVI dimitió. Además, ha lidiado con los escándalos de corrupción de la banca Vaticana, donde también se reformó el Instituto para las Obras de Religión, conocido como el Banco del Vaticano, tras auditorías y la presión internacional. Implementó una Secretaría para la Economía en 2014, lo cual evidenció su compromiso con la rendición de cuentas y la transparencia. 

No tengo certeza de que la intención del Papa sea renunciar el próximo año, año del Jubileo de la Esperanza, representado con una barca impulsada por el Espíritu Santo, pero puede ser el momento propicio para dejar la iglesia en manos nuevas, elegir ese año para abrir paso a un nuevo pontífice que continúe abriendo caminos de transformación en la Iglesia. Este año podría ser un hito, que no esté acompañado de incertidumbres o temores frente al futuro, sino, por el contrario, un signo tangible de una esperanza que nos abre a recibir el futuro con alegría y fe.

Lo cierto es que la salud del Papa, al final del sínodo, el nombramiento de 21 nuevos cardenales y la publicación de su cuarta encíclica, o más bien su tercera si se omite la primera, junto con sus recientes viajes y declaraciones, sugieren una ligera sacudida de mano, donde el Papa se va despidiendo poco a poco de su pueblo. 

¿Será 2025, Año Santo, el año del nuevo Papa? Y, ¿a quién se le entregará la pesada cruz de sostener el magisterio de Francisco y volver a llamar a la unidad a los llamados “sedevacantistas” que rechazan la autoridad de Francisco? ¿Será el nuevo Papa un cardenal proveniente de India o de algún país asiático? O, ¿se desafiará al mundo cargado de prejuicios nombrando al primer afrodescendiente como cabeza de la Iglesia cristiana más antigua del mundo?

Francisco concluirá su mandato haciendo eco a la voz de los cientos de teólogos latinoamericanos que fueron duramente silenciados por papados anteriores (Juan Pablo II, Benito 16...) y esperamos que su sucesor siga despejando el camino de la maleza instalada por los adversarios del Reino, para hacernos llegar a la anhelada tierra de promisión, donde por fin viviremos en paz y justicia social.

Gracias Papa Francisco por su trabajo incansable! Mejor imposible... Y de lo que falta, otro lo podrá hacer con la ayuda de Dios ...


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