El Nacimiento que preside el gran salón de audiencias del Vaticano es un regalo de la ciudad de Belen al Papa Francisco. Por eso, la cuna del Niño Jesús está decorada con una 'kufiya', el tradicional pañuelo o bufanda palestina, que es uno de los símbolos más reconocibles tanto de la lucha de ese pueblo como de apoyo a la misma. No es ese el sentido que quiere darle el Vaticano, que lo considera un modo de recordar a quienes viven la Navidad en guerra.
Cuando el Papa Francisco lo ha visto por primera vez , ha explicado que “ante este pesebre recordamos a nuestros hermanos y hermanas que, en Belén y en otras partes del mundo, sufren la tragedia de la guerra”. “Con lágrimas en los ojos elevamos nuestra oración por la paz. ¡No más guerra, no más violencia! ¿Sabéis que una de las inversiones más rentables aquí es la fábrica de armas? Beneficios por matar. ¡No más guerras! ¡Que haya paz en todo el mundo y para todos los hombres, a quienes Dios ama!”, ha clamado.
El Pontífice ha dado personalmente las gracias por el regalo a una delegación de la embajada de Palestina en El Vaticano y ha mencionado “la atormentada Palestina”.
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