7 elementos de la gran política del papa Francisco...

 El paralítico

Siete elementos de la gran política del papa Francisco:

1-Una Iglesia en salida, como escribió en Evangelii gaudium. Aunque exhortación apostólica postsinodal, este documento (2013) fue también su carta de presentación. Al comenzar a ser servus servorum Dei, los papas suelen escribir una circular, una encíclica. Bergoglio eligió Evangelii gaudium. Ahí está todo. Había que ventilar el ambiente cerrado, dijo Juan XXIII; pero también hay que salir a los cruces de los caminos. Ahí se encuentra la gente. 

2-Una Iglesia hospitalaria. En los cruces de caminos, en las llegadas a las ciudades, hay hospitales —como el de Santa Llúcia de Manresa— para aquellos caminantes que llegan exhaustos y llagados y que necesitan reponerse y curar los pies antes de seguir. Los caminantes han de encontrar una iglesia hospitalaria.

3-Una Iglesia samaritana. En 1965, en la homilía de clausura del Concilio, Pablo VI definió así la espiritualidad de la Iglesia: «proximidad samaritana». Francisco ha dedicado palabras y gestos clarísimos a esta proximidad. Ricoeur había escrito a mediados de siglo sobre la diferencia entre ser solo socius y hacerse prójimo (proximus, prochain), como hizo aquel samaritano. 

4-Una Iglesia del pueblo. La Iglesia es un pueblo en marcha, un pueblo mesiánico con el que Dios dialoga y camina. La Iglesia huele a pan y a casa de pueblo, se hace pueblo comensal. La comensalidad genera amistad social (tercera encíclica: Fratelli tutti, 2020)

5-Una Iglesia en camino. El pueblo recorre caminos, se asienta y se vuelva a levantar. Hacen falta carismas distintos para ese pueblo que camina. Y hacen falta reglas sinodales y espíritu sinodal

6-Una Iglesia actor global. Elevar la «calidad de mundo» no es tarea extraña a los cristianos; bien al contrario, es núcleo esencial. Entre aquí y allá nos movemos, para que Cristo se haga presente y el Espíritu lo llene todo. Hay que crecer con el viejo ideal ilustrado de Konarskj o de Kant: sapere aude. Los cristianos somos ciudadanos del mundo y podemos elevar su nivel. No somos los únicos, pero sí que podemos contribuir a que clima, cultura y dignidad vayan a mejor. A su vez, lo bello, lo bueno y lo verdadero son caminos transitables de ida y vuelta.

7-Y por fin, una Iglesia sinodal. Un programa como este ha de ser llevado adelante por muchos, por el pueblo que hace un mismo camino. Eso significa «sínodo». El camino no es privativo de una parte (eso significa cléros) sino de un démos; es sín-odo.


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